Según mi asesor en datos y
estadísticas, desde Enero de 1.993, (hace ya más de 20 años) todos los jueves a
las 19 horas de manera casi ininterrumpida se produce el comienzo de una
ceremonia pagana: “picado” de fútbol 5.
Feligreses, de los más
variados han transitado en procesión por esta especie de “misa” futbolera.
El cuñado de la hermana de
un amigo, hombre que no conocemos, aparece por el rectángulo alfombrado y luego
de las presentaciones de rigor, ya forma parte de alguno de los equipos en
disputa.
Jugadores que hacia años no
tocaban un balón, y otros que el último esférico lo vieron en el Jardín de
Infantes; se calzan los cortos….y a las pistas y a correr.
Integraron “la legión”
representantes de diversos países, a los descendientes de alemanes, italianos,
holandeses, chilenos etc. debemos agregar nativos de otros lares como el
Francés o un Licenciado que recibió el mote de “Nigeriano”.
Diferentes hechos
traumáticos poblaron el devenir de tantos cotejos. Insultos de todos los
colores, sonoras bofetadas en la cara, torceduras varias, tornillos en la
cabeza (desprendidos del techo), roturas de meniscos y ligamentos.
Gente maldiciendo trepada a
la red lateral o colgada del travesaño ante un gol evitable, maderas rotas
después de recibir una bolea por una jugada que no salió.
Miembros de los equipos que
se retiran ofendidos y a los que es necesario buscar a la calle para que
vuelvan al partido.
Frases célebres como: “para
que estudiaste Exactas?” al arquero que erró en el cálculo y se “comió” un gol
tonto.
“Pensá, pensá, pensá”
“Para arriba vamos todos,
pero a defender no vuelve nadie. Eh”
“No intentes cosas para las
que tu cuerpo no está diseñado”.
“Estamos todos
dormidos!!!!!!!”
Fugazmente jugamos en
Paraíso Familiar, en un cajón de manzanas de calle Panamá y en el Azteca de
Sixto Laspiur; sin embargo “Casablanca” es nuestro hogar, y a pesar de sus
limitaciones es para nosotros….el Maracaná.
A todos los empleados de la AMBB alguna vez “obligamos” a
que asistieran a tan magno evento.
Todos nuestros amigos,
hermanos o primos, alguna vez, vinieron a jugar fútbol algún jueves cualquiera.
Todos los familiares y
amigos de nuestros compañeros/as de trabajo que supieran pegarle a la redonda,
seguramente alguna vez fueron convocados.
Todos los conocidos de los
amigos y familiares arriba mencionados, probablemente alguna vez nos “salvaron”
de jugar 5 contra 4.
Es que cuando llega el
jueves al medio día y te falta gente para completar, la imaginación vuela y los
organizadores son capaces de establecer las mas complejas relaciones para
rescatar de los lugares mas inverosímiles ese jugador que te permita llegar a
ese número anhelado: “10” .
Párrafo aparte para quienes
se comprometen a asistir y no lo hacen, ni avisan. Sanciones de 99 años sin
jugar, pesan aún sobre determinados personajes que realizaron tamaña afrenta.
En eso el Comité de Disciplina (cuerpo colegiado de “un” miembro) es
INFLEXIBLE.
La verde alfombra fue mudo
testigo de espectáculos lamentables, como la pelea entre hermanos, insultos
entre amigos y conatos de violencia entre desconocidos.
Pareciera que en algún
momento el fútbol de los jueves fue la válvula de escape de todas nuestras
locuras y la manera de sacar de adentro nuestros peores y más violentos
fantasmas. Como una terapia de grupo, pero sin la asistencia de un profesional.
A 20 años vista, la cosa en
la actualidad, está mucho mas calma. Se ve que el paso de los años nos regalo
cierto aplomo y mas deseo de divertirnos. Se llega sobre la hora, se charla
unos 15 minutos, se “calienta” 2 minutos, se espera a los que invariablemente
llegan tarde y al fin a jugar, que de eso se trata.
Conviven en el mismo equipo
camisetas diversas, y suele pasar, que un “gallina” con su atuendo rojiblanco
grite un gol realizado por un “xeneize” cuya camiseta reza: “Román”. Junto a
las mas conocidas, “transpiran” otras de equipos, de diversas localidades y que
cuentan historias de partidos pasados.
No deja de ser un momento
que uno espera toda la semana. Ese momento lúdico, en que volvemos a ser niños
detrás de una pelota que sueñan con la jugada de Diego frente a los ingleses.
Voluntariosos jugadores que
se lamentan si la jugada no salió como esperaban (la mayoría de las veces) y
que gritan GOOOOL con toda la boca como si se tratara la final del Mundo.
Vaya entonces el
reconocimiento a TODOS.
A los que alguna vez nos
hicieron “la gamba” para no quedar rengos.
A los “históricos” que
siempre están y cantan Presente cada jueves.
Y por último a quien fue:
Socio Fundador, organizador,
presidente del Comité de Disciplina, árbitro, Director Técnico, chofer y por
supuesto un jugador “expeditivo”.
Si, a vos Gustavo, por tu
voluntad inquebrantable y tu tozudez para no aflojar. Solo tus rodillas
maltrechas te obligaron al retiro. Aun así ante la emergencia contamos con vos.
Seguramente pasa en otros
lugares del país y del mundo, porque el fútbol es el juego mas bello de todos,
sin embargo hay en nuestro particular encuentro de los Jueves ese aroma a
“casero”, de las comidas hechas en casa.
Ese sabor cotidiano que
nuestro paladar ya conoce y que sin embargo disfruta con placer y espera con
ansías.
Ese encuentro con gente que
uno aprecia, para jugar al “fulbo” y durante una hora creer que lo mas
importante pasa por darle un buen destino a esa caprichosa esfera de cuero.
El milagro de que ni bien
arranca el juego, los cinco, somos equipo y parece que hace años que jugamos
juntos (por el sentimiento, no por las calidades futbolísticas) y los 5
contrarios son el Barcelona al que debemos ganar.
En fin, sentimientos de
jugar con amigos.
Abrazo de gol y…. que haces
los jueves a las 19 horas?
Rodrigo (la pelota no se
mancha) Holzmann.
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